martes, 3 de abril de 2012 | By: piensamucho

DESCARTES Y FREUD: la crítica a la concepción cartesiana de la mente.

En el contexto de la concepción mecanicista del Cosmos de Galileo, Descartes insiste en afirmar la independencia del cuerpo y el alma, para sustraer al alma de las leyes necesarias del universo mecanicista. Establece una distinción radical entre el alma y el cuerpo. El alma es una mente pensante, una sustancia completamente diferente al cuerpo (sustancia extensa) y puede existir sin él. El cuerpo está sujeto a las mismas leyes de la materia, carece de libertad.

El dualismo sustancial de Descartes afirma la libertad del pensamiento humano. De esta manera, se hace posible el estudio de la mente humana mediante la introspección, que es la única manera de acceder a los contenidos de la conciencia.
El problema de la separación radical entre mente y cuerpo sólo surge en los seres humanos, ya que Descartes creía que la única evidencia de que algo tiene mente es la posesión de lenguaje.  Para resolver este problema, Descartes propuso la existencia de un punto de contacto en el cerebro donde tendría lugar la interacción cuerpo-alma, la glándula pineal. Pero esta solución es claramente insatisfactoria, suponía la afirmación de una sustancia que sería pensante y extensa a la vez lo que era contradictorio con la propia definición cartesiana de sustancia.

Por otra parte, Sigmund Freud creo la teoría psicoanalítica basada en ampliar la explicación intencional (propia de la psicología del sentido común, y que remite a creencias y deseos) a motivos no reconocidos por el agente (razones inconscientes), y luego teoriza sobre esos motivos con una teoría basada en las metáforas de la metafísica cartesiana y de la hidráulica. Freud postulaba que el inconsciente puede ser conocido a través de sus manifestaciones en los actos fallidos, sueños y síntomas neuróticos, cuyo significado debe ser extraído por medio del análisis.


Según el psicoanálisis, la vida psíquica del individuo está dominada por tres instancias distintas: el Ello, el Yo y el Super-yo. El Ello está dominado por el principio de placer, al margen de las normas sociales y totalmente inconsciente. Mientras que el Yo trata de satisfacer las necesidades instintivas pero adaptándose a las normas sociales. Sólo una pequeña parte del Yo es consciente. Y el Super-Yo se forma en el proceso de socialización, el individuo pospone el placer inmediato por miedo a ser castigado si contraviene las normas sociales. Constituye la conciencia moral, que controla las actividades del yo. Además, es parcialmente inconsciente. El Yo se localiza, pues como instancia mediadora entre el Ello, el Super-Yo y el mundo exterior tratando de conciliar las exigencias de     todos ellos.

En conclusión, la noción de inconsciente del psicoanálisis niega la identidad entre la mente y la conciencia que constituía uno de los pilares fundamentales del sujeto pensante cartesiano. Freud puso en cuestión la identidad de la mente con la conciencia al afirmar la existencia de pensamientos y sentimientos inconscientes que actúan sobre la conducta.

CLAUDIA ARNAU FERNÁNDEZ

2 comentarios:

Ana Estela i Gallach dijo...

Fantàstic!! Original, clar i demostra bona comprensió de les idees. Si vos aprofitar-lo jo l'abreviaria, si vols emprar-lo en PAU.
.1.Elimina les referències innecessàries, com la de la glàndula pineal.
2.Simplifica la presentació de Freud al fonamental i sobre tot indica que és una crítica a la noció cartesiana de jo com a consciència, revolucionària al segle XX.
3. Redueix el nombre de paràgrafs, fent-los més extensos.

Així serà més breu i més fàcil d'escriure ràpidament amb una nota molt alta.

Anónimo dijo...

Me ha servido tanto, pero no sé como agradecer esta hermosa colaboración; comparaciones tan exactas que me quito el sombrero ante ustedes los narradores!

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DESCARTES Y FREUD: la crítica a la concepción cartesiana de la mente.

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En el contexto de la concepción mecanicista del Cosmos de Galileo, Descartes insiste en afirmar la independencia del cuerpo y el alma, para sustraer al alma de las leyes necesarias del universo mecanicista. Establece una distinción radical entre el alma y el cuerpo. El alma es una mente pensante, una sustancia completamente diferente al cuerpo (sustancia extensa) y puede existir sin él. El cuerpo está sujeto a las mismas leyes de la materia, carece de libertad.

El dualismo sustancial de Descartes afirma la libertad del pensamiento humano. De esta manera, se hace posible el estudio de la mente humana mediante la introspección, que es la única manera de acceder a los contenidos de la conciencia.
El problema de la separación radical entre mente y cuerpo sólo surge en los seres humanos, ya que Descartes creía que la única evidencia de que algo tiene mente es la posesión de lenguaje.  Para resolver este problema, Descartes propuso la existencia de un punto de contacto en el cerebro donde tendría lugar la interacción cuerpo-alma, la glándula pineal. Pero esta solución es claramente insatisfactoria, suponía la afirmación de una sustancia que sería pensante y extensa a la vez lo que era contradictorio con la propia definición cartesiana de sustancia.

Por otra parte, Sigmund Freud creo la teoría psicoanalítica basada en ampliar la explicación intencional (propia de la psicología del sentido común, y que remite a creencias y deseos) a motivos no reconocidos por el agente (razones inconscientes), y luego teoriza sobre esos motivos con una teoría basada en las metáforas de la metafísica cartesiana y de la hidráulica. Freud postulaba que el inconsciente puede ser conocido a través de sus manifestaciones en los actos fallidos, sueños y síntomas neuróticos, cuyo significado debe ser extraído por medio del análisis.


Según el psicoanálisis, la vida psíquica del individuo está dominada por tres instancias distintas: el Ello, el Yo y el Super-yo. El Ello está dominado por el principio de placer, al margen de las normas sociales y totalmente inconsciente. Mientras que el Yo trata de satisfacer las necesidades instintivas pero adaptándose a las normas sociales. Sólo una pequeña parte del Yo es consciente. Y el Super-Yo se forma en el proceso de socialización, el individuo pospone el placer inmediato por miedo a ser castigado si contraviene las normas sociales. Constituye la conciencia moral, que controla las actividades del yo. Además, es parcialmente inconsciente. El Yo se localiza, pues como instancia mediadora entre el Ello, el Super-Yo y el mundo exterior tratando de conciliar las exigencias de     todos ellos.

En conclusión, la noción de inconsciente del psicoanálisis niega la identidad entre la mente y la conciencia que constituía uno de los pilares fundamentales del sujeto pensante cartesiano. Freud puso en cuestión la identidad de la mente con la conciencia al afirmar la existencia de pensamientos y sentimientos inconscientes que actúan sobre la conducta.

CLAUDIA ARNAU FERNÁNDEZ

2 comentarios:

Ana Estela i Gallach dijo...

Fantàstic!! Original, clar i demostra bona comprensió de les idees. Si vos aprofitar-lo jo l'abreviaria, si vols emprar-lo en PAU.
.1.Elimina les referències innecessàries, com la de la glàndula pineal.
2.Simplifica la presentació de Freud al fonamental i sobre tot indica que és una crítica a la noció cartesiana de jo com a consciència, revolucionària al segle XX.
3. Redueix el nombre de paràgrafs, fent-los més extensos.

Així serà més breu i més fàcil d'escriure ràpidament amb una nota molt alta.

Anónimo dijo...

Me ha servido tanto, pero no sé como agradecer esta hermosa colaboración; comparaciones tan exactas que me quito el sombrero ante ustedes los narradores!

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